El momento político que vive el país, determinado por una fuerte pugna interburguesa, plantea una falsa disyuntiva. Se quiere obligar al pueblo a definirse entre un bando u otro (Con Martinelli o con el Frente Guacho). La situación guarda similitud con el período de Noriega (Cruzada Civilista o militares). Mucho dolor y sangre costó al pueblo entender que ni uno ni otro representaban sus intereses. En ese momento, los gringos se alinearon detrás de una de las fuerzas. Hoy ha creado el Frente Guacho.

Lo que hemos estado viviendo es un espectáculo bochornoso, una prueba más de la crisis de la Partidocracia y de la descomposición del mal llamado sistema democrático. El pueblo se ha mantenido al margen de este vergonzoso espectáculo, porque son otros problemas los que les preocupa (alto costo de la vida, agua, los apagones, ambiente, seguridad, salud, educación, vivienda, etc.), por ellos FRENADESO y otras organizaciones se movilizarán el 20 de septiembre.

Preguntamos, si realmente a tirios y troyanos les interesa avanzar en el proceso de democratización del Código Electoral, ¿por qué la iniciativa presentada por la Comisión Nacional de Reformas Electorales fue desechada por los partidos políticos con representación en la Asamblea Nacional (AN), tanto de gobierno como de la llamada oposición? Recordemos que en enero de 2011 se presentó ante la AN este proyecto de reformas electorales, producto de un consenso en la Comisión, en la cual participaron partidos políticos constituidos y en formación, sectores de la sociedad civil y por primera vez una representación del movimiento popular y social (FRENADESO). Si bien estas reformas no logran agotar todos los temas que necesitan modificarse con el fin de que el proceso electoral logre ser más democrático e incluyente, avanzó en aspectos básicos.

Recordemos, el Código Electoral actual es fruto del consenso de los partidos tradicionales, todos, incluyendo Cambio Democrático. Es antidemocrático, excluyente, desigual, injusto, diseñado a la medida de los intereses de los millonarios y poderosos y abre las puertas a la narcopolítica, porque no existe transparencia ni controles en el manejo de los fondos. Ambos eluden el abordaje de temas neurálgicos: reducción de la cuota de adherentes requeridas para legalizar un partido político o una candidatura independiente; restablecimiento de los libros móviles con los cuales se legalizaron los partidos políticos hoy reconocidos; que haya mayor transparencia en la donación de los fondos a los partidos políticos, que se conozca su procedencia y se pongan límites; que se democratice la propaganda y publicidad electoral y los espacios en los medios de comunicación; y, en que se haga valer el poder soberano del pueblo en temas como el contenido de las consultas electorales y la revocatoria de mandato.

Cambio Democrático, partido con mayoría en la AN, lograda con métodos cuestionables, que representa los intereses del Ejecutivo, impone nuevas propuestas de reformas al Código Electoral. Esta maniobra politiquera no busca modificar el sistema y hacerlo más democrático y participativo. El único interés que se persigue es reafirmar la estructura antidemocrática del actual proceso electoral, con el cálculo político egoísta de que estas supuestas reformas solo puedan asegurar un triunfo legislativo en el próximo torneo electoral.

Esta propuesta no puede ser aceptada: es inconsulta, regresiva y antidemocrática. Para hacer de las elecciones un ejercicio de democracia representativa, se debe considerar como eje fundamental la proporcionalidad de las representaciones, y tal cual se presentan las mal llamadas reformas electorales en este momento, ese objetivo no se podrá lograr por esta vía.

La tónica de los madrugonazos se vuelve a imponer, hoy el madrugonazo de los diputados oficialistas que, mediante su aplanadora, tal como ayer lo hicieron los PRD y panameñistas, aprueban a tambor batiente el paquete de modificaciones inconsultas al Código Electoral que rechaza el pueblo.

Martinelli y el Frente Guacho jamás comprenderán que aquí hay hombres y mujeres de una sola pieza, con dignidad, principios sólidos, trayectoria de lucha inquebrantable y valores éticos y morales distintos a los suyos.

SECRETARIO GENERAL DE CONUSI-FRENADESO.