Señor Presidente no todos queremos lo mismo
Ignacio Iriberri
La frase “Todos queremos lo mismo” Es el fondo o cobertura de contenido del discurso presidencial, al inicio de la legislatura 2013. La frase queda colgada como abstracción o generalidad, pretendiendo involucrar a todos sin distinción de ninguna índole.
Tanto en esencia como en contenido es una frase demagógica por no decir hipócrita, alejada de la actuación concreta del Presidente y su gobierno, caracterizado por la incoherencia entre lo que se dice y lo que se hace, razón por la cual analizamos y concretizamos el contenido de la frase.
1- Los gobiernos tiránicos las monarquías absolutas las atroces dictaduras civiles y militares, como las democracias liberales tienen en común que el tirano, rey, dictador o presidente claman, trabajar por el bienestar del pueblo del sacrificio y la soledad de gobernar y deponer intereses personales por el bien común. Todos ellos dicen querer lo mismo.
2-Gobernar implica tener una visión de la sociedad, de la economía y la política sustentada teóricamente, en aplicar un método científico de análisis de la realidad que señalen el bien colectivo y orienten con objetividad las estrategias y tácticas. Ante esta premisa la frase “todos queremos lo mismo” no tiene sustento ni argumento en una sociedad plural, amplia y democrática. Atributos alejados en nuestra realidad nacional.
Para efectos Nacionales podemos afirmar, que salvo matices la frase es válida para la partidocracia, donde las cúpulas de los partidos de oposición y gobierno están al servicio de las fracciones de la clase dominante, las decisiones se toman en función de sus intereses y las refrenda la Asamblea, a veces con escaramuzas por contradicciones propias de de los intereses económicos, la partidocracia se arropa ideológicamente con el modelo económico neoliberal, que da sustento a la frase. Las diferencias se manifiesta principalmente en el ámbito político, es decir, en la aplicación de la democracia liberal y se profundizan en la lucha por alcanzar el poder para gobernar o que se ponga en riesgo la (su) gobernabilidad mediante evidentes violaciones constitucionales e imposición de leyes de amplio rechazo popular, como del carácter autoritario de una mafiocracia enquistada en el poder.
La frase adquiere radical diferenciación para sectores progresistas en términos políticos y productivos, de ciudadanos honestos, para el movimiento de frente social, para los sectores campesinos e indígenas como para la fuerza de trabajo laboral organizada, el partido en formación Frente Amplio por la Democracia , opción popular a la partidocracia.
Otro significado tiene la frase ( “Todos queremos lo mismo “) para la mayoría del pueblo que sufre día a día el deterioro de sus ingresos, la inseguridad, los servicios públicos de salud, educación y trasporte, el cacareado crecimiento económico, las inversiones y subsidios sociales, el que asesinen 90 panameños menos al año y demás palabras del discurso presidencial.
Este sufrimiento diario y por concretas razones coyunturales, señala el estar más cercano el momento en que el pueblo en función de sus intereses tome conciencia de las reales causas que lo someten a una condición de dominados y explotados y se exprese como fuerza política organizada para la toma del poder y construir su destino de clase como único sujeto real del cambio.
3- No todos queremos un gobierno despótico que controla todos los poderes del estado ,La Corte Suprema de Justicia, La Asamblea de Diputados, La Contraloría, La Procuraduría, y su Guardia Pretoriana la Fuerza Pública. Control alcanzado mediante violaciones a disposiciones legales como de principios éticos, no todos queremos la inseguridad jurídica la falta de trasparencia, los altos niveles de corrupción, el desprecio y la ausencia de la voluntad de los ciudadanos en las decisiones de gobierno, la amenaza, persecución a dirigentes de los sectores populares, la represión y asesinato para neutralizar las legítimas protestas populares, la mentira y la propaganda gubernamental como método para adormecer conciencias, utilizar la pobreza y miseria como instrumento para captar adherentes a sus partidos. Un crecimiento económico caótico y sin control que concentra las riquezas en una burguesía nacional como en multinacionales extranjeras que han comprado la mayor parte del patrimonio productivo Nacional ,controla las actividades de bienes y raíces, el sector turismo, construcción de infraestructura, sector marítimo y multimodal, un sector financiero hegemónico haciendo pingues negocios financiando gran parte de este crecimiento , leyes parar atraer inversión extranjera y favorecer la local en detrimento de los intereses nacionales a cambio de pírricos puestos de trabajo y entrega de nuestros recursos naturales y del patrimonio logrado con el trabajo de generaciones de trabajadores.
Los efectos mediatos de este crecimiento lo vivimos en el alto costo de vida, la especulación, el precio de la tierra y vivienda, del poder adquisitivo, el escaso nivel de ahorro nacional y a corto plazo por la gran burbuja económica que se está creando, el endeudamiento público y privado en una economía frágil y condicionada a lo externo como la nuestra, la falta de planificación y políticas de estado para generar actividad productiva interna en especial el agro, tendrán caóticos resultados que como siempre las paga el pueblo pues los ricos, ricos son por ser los propietarios del patrimonio productivo, y jugosas cuentas bancarias, riquezas generadas y producidas por el trabajo y el sudor de millones de trabajadores.
El resumen de lo expuesto es la otra cara de la moneda del discurso Presidencial por la apertura del periodo 2013 de la Asamblea de diputados. Más temprano que tarde nos daremos cuenta que las palabras se las lleva el viento, se quitan momentáneamente la máscara de lobos por la de ovejas, tratando de crear una nueva imagen cara al proceso electoral.
Esperamos y confiamos que más panameños esta vez no se dejaran engañar por la partidocracia.