Al calor de la lucha, en medio de la represión desatada por Ernesto Pérez Balladares (PRD), para imponer las reformas al Código de Trabajo que buscaba la flexibilización laboral, orientada específicamente a la pérdida de las conquistas logradas por el movimiento obrero, 49 organizaciones sindicales nos impusimos la tarea de brindar a la clase obrera panameña un proyecto real de defensa de sus intereses, un proyecto clasista. Así nace, el 21 de noviembre de 1998 la Confederación Nacional de Unidad Sindical Independiente (CONUSI).

CONUSI, desde el primer momento se impone la tarea de iniciar un proceso de reconstitución del proyecto de la clase obrera, lo que implicaba desarrollar nuevos métodos organizativos democráticos, elaborar una plataforma de lucha sobre la cual orientar el accionar obrero, que pudiera devolverles a los obreros su independencia y combatividad como clase. Se trataba de rescatar al movimiento obrero del oportunismo, el reformismo y el conciliacionismo en que la sumergió la dirigencia tradicional.

En esta vía destacan la trayectoria de lucha de la CATI (central sindical que junto al SUNTRACS auparon esfuerzos para crear una corriente sindical clasista) y los esfuerzos de UGT y COUSIPOP (ambas instancias son los antecedentes inmediatos de CONUSI), que tenían como objetivo central presentar al movimiento obrero una alternativa sindical a partir del cuestionamiento de los obreros sobre la representatividad de la dirigencia tradicional y contra la política neoliberal.

Desde ese momento asumimos la lucha frontal contra el neoliberalismo y en defensa de la patria. Hemos enfrentado los diversos gobiernos que imponen medidas antipopulares, antidemocráticas, que reprimen y masacran a la población.

En el caso del gobierno de Martinelli, hemos enfrentado todo un marco de vio lación de los Derechos Humanos, al punto que la OIT ha tenido que levantar varios expedientes contra el gobierno panameño por despidos injustificados y violación a la libertad sindical, siendo Panamá colocada en la 100 Asamblea General de la OIT en el listado de los países más violadores de las libertades sindicales (puesto 25) y en la 101 Asamblea levantó la solidaridad del movimiento obrero mundial, quien en respaldo a los obreros panameños deciden retirarse del recinto al momento que Ricardo Martinelli pronunciaba su discurso.

Impulsamos una plataforma de lucha como alternativa a la antipopular y antinacional política neoliberal, en marcada en un proyecto democrático, popular y nacional.

Finalmente, somos conscientes de que en estos 23 años de supuesta ‘democracia’ nos han repetido la lección 4 veces, cada 5 años, sin que las demandas sociales del pueblo hayan sido atendidas; por el contrario, las condiciones de vida de la mayoría son cada vez más paupérrimas. Aprendimos que votar para los cargos de elección popular no significa ningún cambio para la inmensa mayoría de los ciudadanos. Con distintas figuras, discursos y colores, las mentiras y los engaños de los partidos de siempre que sirven a los de siempre son y serán más de lo mismo.

En este sentido, el avance de la lucha social, la toma de consciencia para sí, nos impone un nuevo reto, la organización de una alternativa política electoral que brinde al pueblo la posibilidad de iniciar un proceso de refundación de la República, que permita levantar la sociedad de justicia y equidad social a la que aspiramos todos los panameños. Por ello, junto a otras fuerzas obreras, campesinas, indígenas, estudiantiles, profesionales, populares, democráticas, éticas hoy trabajamos en organizar el Frente Amplio por la Democracia (FAD), única alternativa de real democracia.

En estos 14 años nuestro compromiso vertical ha sido la defensa de los derechos de los obreros, el impulso del respeto al derecho a sindicalización de todos los trabajadores, el cumplimiento de las normas de salud y seguridad ocupacional, exigir el cumplimiento de las normas de revisión y aumento de salario mínimos, el rechazo a la flexibilidad laboral. Seguimos luchando por aumento general de salario y reducción y control de precios de los bienes y servicios básicos. Porqué sin luchas no hay victorias.