En su discurso del uno de julio del presente año, Juan Carlos Varela habló de seguridad. Aunque el tema de ‘seguridad ciudadana' lo abordó como política represiva: ‘aumentará el pie de fuerza de 300 a 500 unidades de la llamada Fuerza de Tarea Águila'; hizo alabanza del número de efectivos de los estamentos de seguridad (25 mil hombres y mujeres). Como se aprecia, Varela, al igual que sus antecesores, privilegia la política represiva y no preventiva; misma que ha fracasado. Por otro lado, dijo Varela que ‘hoy se respeta la privacidad de los ciudadanos', ¿cómo se explica entonces que el Consejo de Seguridad Nacional (principal organismo de espionaje) esté acusado de armar expedientes judiciales contra opositores, los cuales son filtrados en medios de comunicación? Mantuvo ocultos, en materia de seguridad, los acuerdos a los que llegó con Donald Trump, lo cual obliga a preguntar: ¿en qué consiste su apoyo a la política de seguridad norteamericana y a cambio de qué?

En materia de ‘seguridad alimentaria', las palabras de Varela contrastan con las denuncias de los productores. Según el presidente: ‘En el Sector Agropecuario estamos cerca de alcanzar la autosuficiencia en la producción de arroz, debemos seguir el mismo camino en otros rubros como la leche, a través de los programas de respaldo técnico y financiero al productor nacional'. Entonces, ¿por qué disminuye el PIB agrícola, por qué los productores están en las calles exigiendo que cese la importación indiscriminada (en los últimos 5 años, las importaciones de alimentos aumentaron en 25 %), cómo explica que sigan disminuyendo las hectáreas destinadas a producir alimentos, cómo explica que las hectáreas sembradas de arroz no llegan siquiera a los niveles de 1990? ¿A quién llegan sus ‘programas de respaldo' si, de 11 programas de incentivos para el Sector Agropecuario, el 75 % de los recursos ha sido destinado a 4 programas inalcanzables para los pequeños productores.

En cuanto a la ‘seguridad social', el tema no es abordado directamente. Al igual que el FMI y los empresarios, insiste que el problema es de gestión, por lo tanto el mérito ha sido el nombramiento del director de la CSS. Dice Varela: ‘Estaré muy pendiente de que se mejore la administración de esta importante entidad de salud, utilizando la fuerza del Estado…', ¿Qué ‘fuerza del Estado'? En el caso de la mora quirúrgica, dijo: ‘Siempre me ha gustado asumir retos difíciles…', es decir, el problema no es la flagrante violación al derecho de la salud de los panameños ante una política económica que valora la salud como mercancía ni la atención oportuna y de calidad que nos asiste a los asegurados, sino un problema de ‘atreverse al desafío'. Las pensiones y jubilaciones, como elementos de la seguridad social, no fueron abordadas.

El tema de la ‘seguridad ocupacional y las condiciones laborales' no fue abordado, a pesar de que esa semana murieron dos educadores en el cumplimiento de su deber. No es un secreto el riesgo que enfrentan a diario los educadores en áreas de difícil acceso, el desgaste en el ejercicio de su profesión. Preocupación creciente de los trabajadores es el tema de la seguridad ocupacional de los empleados públicos, materia muy poco tratada y fiscalizada por las autoridades correspondientes.

Silencio total en el tema de la ‘seguridad energética', a pesar del gran apagón que se vivió el martes de la semana pasada. Intentó ocultarlo, pero el destino le jugó una mala pasada, en medio de su discurso, se fue la luz. Este apagón puso nuevamente en el tapete la falta de seguridad que viven los usuarios del Metro.

La política de seguridad requiere una visión integral, que establezca como eje de su articulación el cumplimiento de todas las condiciones que hacen la vida saludable, demanda una política económica del buen vivir, condiciones que nunca han sido prioridades en los programas de Gobierno de los partidos tradicionales, pues responden a los intereses de los grupos de poder económico, los 115 ultramillonarios que acaparan las riquezas del país.

SECRETARIO GENERAL DE CONUSI-FRENADESO.