Frenadeso Panamá
Fecha Domingo, 25 julio a las 12:09:53
Tema Frenadeso Nacionales


Un torturador y un médico salen en defensa de Ricardo Martinelli por la Masacre de Bocas del Toro
Piqueteo Ministerio Público, jueves 29 de julio. Gran Marcha Nacional, jueves 5 de agosto, 4:00 p.m. Saliendo de la Universidad de Panamá.






En el diario La Crítica, en su edición del domingo 25 de julio, aparece un artículo del ex Mayor de las Fuerzas de Defensa de Noriega, Felipe Camargo, donde asevera que: “Pareciera que se quiere llevar al gobierno actual de crisis en crisis, hasta el final de su periodo, para causar un efecto de desgaste político, creando crisis en todos los frentes. Esto sería el caldo de cultivo de la ultraizquierda para administrar el descontento popular, ganar adeptos a sus causas, y desde la óptica democrática, en el mejor escenario organizar, su partido político, o en el peor escenario, usar otras vías para lograr sus objetivos”.

“Eso, en parte, se aplicó en los trágicos acontecimientos de Changuinola, donde sólo se habla de las violaciones a los derechos humanos, pero no se habla del caos que se provocó, desorden por 11 días, un caso típico de ingobernabilidad. Este manual de operaciones viene aplicándose en otros escenarios”.

El ex Mayor Felipe Camargo, quien es uno de los más apasionados defensores del Ministerio de Seguridad creado por Martinelli y José Raúl Mulino, fue sindicado, juzgado y condenado por los tribunales de justicia luego de ser acusado de torturador y violador de los derechos humanos durante la dictadura militar.  Fue un esbirro y hombre de confianza del General Noriega, al punto de elevarlo a jefe del temido G-2.  Siempre fue reconocido por su brutalidad en las acciones represivas que dirigía.

Sin embargo, en la invasión se entregó sin oponer resistencia a las tropas norteamericanas.  Lo suyo era torturar cobardemente no hacer la guerra.

Camargo es Graduado de la Escuela de Las Américas, y fue edecán de Omar Torrijos (ver foto adjunta)

Durante la dictadura se dedicó a torturar, asesinar y desaparecer a opositores al régimen militar.

Estuvo mencionado en diversos expedientes que involucraban a sus ex jefes con los carteles de la droga a nivel internacional.

También fue acusado de torturar a los implicados de un fallido golpe de estado contra Nortiega:  “Las piezas del proceso indican que el día 7 de septiembre de 1990, el señor Ernesto Gil Vega Kennedy presentó en la Fiscalía Séptima del Primer Circuito Judicial de Panamá una denuncia criminal contra Felipe Camargo Amaya, Ricardo Goty y Esteban Ramos, todos ex-miembros de las extintas Fuerzas de Defensa de Panamá, por haberle infligido torturas físicas y psicólogicas el día 18 de marzo de 1988, en las oficinas del antiguo G-2, mientras le interrogaban por su supuesta participación en un intento de golpe contra el Ex-General Manuel Antonio Noriega”.

“El denunciante narró que Felipe Camargo Amaya le golpeó tres veces…”

El año pasado, 2009, Camargo volvió a ser noticia: “El agricultor José Bernal asegura que Petaquilla Gold ha usurpado seiscientos metros por cuarenta de ancho de sus tierras para una carretera. Cuando le reclamó al encargado de seguridad de la mina, Felipe “Pony” Camargo, éste le respondió que le pagarían dos dólares por ese terreno. “Se hacía acompañar de 20 hombres armados con varillas”, dice Bernal. Por eso se unió al grupo que cerró la vía”.

Este hecho fue denunciado por diversos organismos de derechos humanos y grupos ambientalistas.

Felipe Camargo fue mencionado, junto al también ex mayor, José Hilario Trujillo (ver foto), como uno de los asesores de la creación del Ministerio de Seguridad Pública. 

Trujillo, asesor de Mulino, ha sido encausado por un escándalo de corrupción al intentar sobornar a un Fiscal con 150 mil balboas,   para lograr que la Fiscalía Primera de Drogas no apelara la libertad que le concedió la jueza Cuarta Penal, Esther Hinestroza, al ex director del Servicio Marítimo Nacional, Ricardo Traad Porras.

Hace algunos años atrás, José Hilario Trujillo y Felipe Camargo, junto a otros ex oficiales de las Fuerzas de Defensa, intentaron sin éxito formar un partido político.

Amargo también se le mencionó como asesor de Daniel Delgado Diamante cuando éste fungió como Ministro de Gobierno y Justicia durante el Gobierno del PRD de Martín Torrijos.

El proyecto de seguridad de Delgado Diamante que fue criticado en su momento por algunos miembros del actual Gobierno, incluido José Raúl Mulino, ha sido adoptado y endurecido por el “Gobierno del Cambio” de Ricardo Martinelli.

Después de la invasión, Camargo ha intentando ganarse el favor de los gringos, defendiendo cada acción y decisión adoptada por los gobernantes de turno en apoyo a la estrategia militar yanqui en la región.

En otros comentarios que publica el Diario La Crítica que recoge la visión del torturador Felipe Camargo, uno de los verdugos al servicio de Manuel Antonio Noriega, señala que: “…los teóricos de la GPP se olvidan que los Tratados del Canal de Panamá, contemplan que cuando la vía acuática esté en peligro, se podrán aplicar todas las medidas para garantizar la seguridad del Canal”.

Este ha sido siempre su norte: “aplicar todas las medidas”.  Es decir asesinar, torturar, desaparecer, lanzar perdigones a los rostros de los manifestantes, atacar a la población indefensa, incluyendo niños, mujeres y ancianos como ocurrió en Bocas del Toro.  Dejar ciegos total o parcialmente a decenas de indígenas.

En personajes como estos hoy se inspira la política de seguridad de José Raúl Mulino y del Gobierno de Martinelli, plagado de asesores de la Mossad Israelí y connotados norieguistas.

Que dicen de esto, por ejemplo el defensor oficioso de Ricardo Martinelli, Xavier Sáez Llorens, hermano del incapaz Director de la CSS, el ungido de Martinelli y perseguidor del los gremios de trabajadores, que en su artículo de hoy, 25 de julio, del diario La Prensa, con la misma fecha que el de Felipe Camargo, salió de manera sutil en defensa de Martinelli, dado su odio visceral contra el movimiento sindical.

El odio a las izquierdas y al sindicalismo clasista siempre llevará a gente como Felipe Camargo y Sáez Llorens coincidir en la represión contra el pueblo y a justificar las perversas medidas como la Ley 30.  Sáez lloren, con sus matices en el fondo siempre en defensa del sistema y status quo, se ha opuesto varias veces a las justas luchas de su propio gremio.

“Desde mi perspectiva centrista, el fondo de la Ley 30 no me parece irracional”, dijo Sáez Llorens.  Lo mismo podría suscribir el torturador Felipe Camargo.

Para ambos, Martinelli “es una persona trabajadora, creativa y bien intencionada”, no importa si viola el derecho de los trabajadores en sus empresas, o utiliza su supermercado, banco o Fundación, para el lavado de dinero o aparece fotografiado felizmente con una banda de lavadores como ha sido denunciado por diversos medios internacionales o aparece envuelto en casos de corrupción mientras fragua otros (compra de los corredores) o persigue y ordena levantar expedientes amañados contra la dirigencia popular y sindical honesta e incluye en ellos hasta a menores de edad. 

Ambos coinciden en la defensa de un Gobierno que intenta ocultar el verdadero alcance de la masacre de Bocas del Toro, el número real de muertos y heridos, que aguarda que los indígenas y trabajadores se recuperen de sus heridas para llevárselos presos; que efectúa allanamientos y arrestos sin orden judicial alguna; que colocó francotiradores con AK-47 para disparar desde edificios y helicópteros a una población desarmada.  Sáez Lloren como médico como puede justificar las atrocidades y la acción represiva que ha dejado ciegos total o parcialmente a humildes panameños, incluida una niña de 8 años, en su mayoría indígenas a quienes las autoridades llamaron “indios ignorantes, borrachos y narcotizados”.

Como mucho de los aduladores de Martinelli, éste es un hombre bonachón los malos son sus asesores.  Para Sáez Lloren, que gusta presentarse como intelectual riguroso, no le importa las estupideces e incoherencias que a diario nos regala el mandatario.  El dice lo primero que se le cruza por la mente, dijo Jimmy Papadimitriu, nada menos que su propio Ministro de la Presidencia.  Otros han dicho que es necesario que el Presidente tenga conectada la lengua al cerebro.

Sáez Lloren intenta tomar distancia de la represión a Bocas del Toro, pero termina justificando la masacre y coincidiendo con los argumentos de Martinelli: “El fuego final se atizó por sindicalistas y dirigentes de oposición (esta vez PRD) que azuzaron a una población pobre, guerrera y desinformada. Apuesto a que los manifestantes no conocen detalles de la ley en disputa. Otra porción de culpa recae en esos personajes universitarios que con arengas desfasadas de siglo inducen a rebelión, huelga y lucha de clases. Después, con piel de oveja y mirada tierna, se venden como mártires del pacifismo. Deciden ignorar, por ejemplo, que manifestación y tranque no son sinónimos. La protesta es un derecho, el bloqueo es un delito. Lo primero busca justicia social, lo segundo la agrava”.

Un torturador y un médico escritor, que ofende la memoria de su padre, que llegó a nuestras tierras perseguido por ser republicano tras la Guerra Civil Española, coinciden en su defensa a Martinelli.  Vaya coincidencia.

 

Camargo, edecán de Torrijos.

 

José Hilario Trujillo





 








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