Frenadeso Panamá
Fecha Viernes, 11 marzo a las 19:27:59
Tema Frenadeso Nacionales


Los medios de comunicación y las tragedias como negocio, el Tsunami y Terremoto de Japón
El uso de las tragedias como negocio.








El mundo se asombró por el terremoto en Japón y el tsunami que desató. Se trata de un sismo de 8.9 grados, uno de los más grandes de la historia. La cantidad de muertes se cifra en estos momentos en menos de mil, muy por debajo de los muertos que un terremoto de 7 grados causó en la empobrecida Haití el 12 de enero del año pasado, donde la cantidad de muertos superó los 200 mil y causó enormes pérdidas materiales. He allí la diferencia: la pobreza. No obstante, las pérdidas económicas en Japón son cuantiosas, hecho que puede tener grandes repercusiones ya que hablamos de una de las principales economías del planeta. Como era de esperarse en un hecho de esta magnitud se despertó la alerta en los países del lado Pacífico, temiéndose que el tsunami pudiera afectarlos. Panamá estaba incluido. Sin embargo, el suceso catastrófico puso de relieve la nula preparación de los organismos de seguridad y protección cvivil de Panamá y la falta de un plan de contingencia para desastres de esta naturaleza. Pero el hecho en sí, dio la oportunidad para desatar el sensacionalismo y la cruel competencia de los principales medios de comunicación, especialmente los televisivos de manera particular sus noticieros matutinos. Aparte de la gran ignorancia que reflejaron, prácticamente orientaron a la población a salir a refugiarse a los puntos más altos de cada provincia. Por ejemplo, en Chiriquí al Volcán Barú, en Azuero al Cerro Canajagua y en Panamá prácticamente se orientaba a su más de un millón de habitantes a correr hacia el Cerro Ancón. ¡Esto sí es terrorismo! Como si fuera poco, tuvieron el “buen tino” de entrevistar nada menos que al Alcalde de la ciudad capital, Bosco Vallarino. ¿Qué va hacer la Alcaldía?, le preguntaron De inmediato respondió con una de sus “genialidades”: “Cerraremos nuestras oficias a la 1:00 p.m. para dejar ir a los trabajadores y aconsejamos a los panameños llenar una mochila y dirigirse por los lados de El Dorado”. A eso nos tiene ya acostumbrado estos medios de comunicación, mientras insistían en que nos inscribiéramos en su casilla de mensajes por celular (que no es gratis), a que nos mantuviéramos en su sintonía, mientras se ufanaban de la cantidad de visitas que recibían a sus páginas web (todo un récord) y explotaban al máximo, en aras del marketing, la tragedia japonesa. Esto no es nuevo, es parte del negocio de estos medios a nivel local, tal como lo hace CNN a nivel internacional. Muy poca educación, nada de argumentos u orientación de tipo científico y mucho de amarillismo y sensacionalismo. El hecho nos hizo recordar la barbaridad que vivimos a propósito de la supuesta aparición en Ecuador de la desaparecida niña, Mónica Serrano. A sus padres casi la convencieron de que la niña encontrada de nacionalidad panameña era su amada hija. Se disputaron de la manera más aberrante la exclusividad de entrevistar a sus familiares cuando se reunirían con la niña. Crearon toda una expectación alrededor del hecho y luego se demostró que no se trataba de Mónica Serrano. Poco les importó con el sufrimiento de esta humilde familia. Pero para lo que también sirven estas tragedias, es para que los gobernantes prosigan con sus shows mediáticos y para desviar la atención de los graves problemas que aquejan al país, aparte de disputarse el rating televisivo. ¿Nos preguntamos cuál sería el papel que hubiesen jugado hace sólo unos 2 días atrás cuando se celebraban los Carnavales en la Cinta Costera? Es hora de que los panameños exijamos mayor respeto a los propietarios de estos medios de comunicación, cuya función principal es la desinformación, la manipulación y el embrutecimiento de los panameños, utilizando frecuencias del Estado que nos pertenecen a todos para satisfacer mezquinos intereses, y aún así se dan el tupé de darnos supuestas lecciones de moral y de valores cívicos. Caída la tarde, alimentando más el morbo, reportaban desde la Cinta Costera ansiando quizás que llegara un gran oleaje, mientras muchos panameños que no se dejaron atemorizar por los engaños se ejercitaban como todos los días. Para rematar, según estos medios, la gran preocupación de los panameños en el Corredor Sur era que los trabajadores no estuvieran en las casetas para cobrarles el peaje.








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